Se que es agosto, y debería hablar de algo más vacacional, pero me he dejado llevar la actualidad política, y quiero aportar mi opinión personal (más o menos acertada). Lo siento.
Yo
quiero terceras elecciones. Tal cual. ¿Por qué no? Se que sale caro, se que hay
que formar gobierno, que sería impresentable unas terceras elecciones, etc.
Todo eso que nos repiten a diario 50 veces en la tele. Pero, digo yo, ¿Y? ¿Acaso
no estamos intentando reformar este país? ¿No hubo un 15 M y un movimiento de indignación masivo? ¿No hablábamos de
revolución política en España? ¿De acabar con la corrupción y reformar las
instituciones? ¿Nos van a entrar ahora las prisas por formar gobierno y
conformarnos con pactos que no convencen a nadie para que todo siga como
antes?!?!
En su
momento no quería segundas elecciones. Me quedaba un ápice de confianza en la
capacidad de nuestra clase política de reaccionar frente a las demandas de los
ciudadanos y pactar algo nuevo. Pero visto lo visto…
Ahora algunos se acuerdan de que los partidos tienen que ceder y negociar. En eso
consiste la democracia. Pero parece ridículo que lo tengamos que aprender a
estas alturas. Rajoy, Mas y los demás corruptos insaciables que nos han
gobernado estos últimos años hicieron que se nos olvidara que la tolerancia, la
negociación y el acercamiento de opiniones son bases imprescindibles de una
democracia sana. Por eso no deja de ser ridículo y totalmente hipócrita que
aquellos que nos han llevado por el camino de la crispación, los extremismos y
la división, ahora pidan lo contrario a las demás fuerzas políticas. ¿Por qué
Rajoy pide hoy consenso cuando no tuvo en cuenta a los demás durante 5 años de
gobierno? ¿Por qué tiene que ceder el PSOE hoy cuando los demás grupos (a
excepción de Ciudadanos) no pusieron lo mínimo de su parte tras las primeras
elecciones? ¿Para que España tenga gobierno?! ¿El mismo gobierno corrupto de
los últimos años?!
Hoy
todos hablan de la necesidad de gobierno. Hablan del corto plazo. Yo prefiero hablar
del largo plazo. Los pocos que conozcan mis artículos (de blog y/o científicos)
saben que me preocupa más el largo plazo. Yo apuesto por la idea original;
cambiar España a largo plazo. Una renovación real de la política. Una reforma de
las instituciones. Un cambio de incentivos, de formas de pensar, de actuar y
gobernar. Y si eso requiere terceras o cuartas elecciones, pues bienvenidas.
A estas
alturas no sobrara quien diga que unas terceras elecciones solo favorecerán al
Partido Popular. Bueno, habrá que verlo. Si seguir desafiando la parálisis
política española puede generar un shock añadido a nuestros gobernantes, creo
que vale la pena intentarlo. Como todos, yo tengo preferencias políticas, pero
no voy a defender a ningún partido político en estas líneas. Lo que defiendo es
la necesidad de cambios profundos, empezando por una reforma de la ley
electoral y de cómo se toman las decisiones en España. Y si para eso hace falta
luchar más, pues adelante.
Me puedo
equivocar, lo se, pero quiero aportar una visión diferente a la que se puso de
moda estos días. Quiero recordar que si queremos realmente renovar este país,
¿por qué conformarnos con formar un gobierno que no contenta a nadie? ¿Por qué
rendirnos ahora? ¿Nos vamos a dejar ganar de los viejos de siempre? ¿Qué los
abuelos de Valladolid, increíblemente sobrerrepresentados por la actual ley
electoral, sigan marcando el destino político de este país? (y lo siento por
mis amigos de Valladolid). Las verdaderas revoluciones, el cambio político que
este país necesita, requiere más esfuerzo, más batalla política (aunque nos
parezca cansina), más lucha. Esta claro que no se va a conseguir aceptando
formar un gobierno mediocre para volver a lo mismo de siempre.