Entradas populares

domingo, 7 de febrero de 2021

Explorando sin viajar


A casi todos nos gusta viajar. Conocer lugares distintos, explorar, descubrir. Sentir la sensación de estar por primera vez donde no habías estado nunca. Caminar con los sentidos despiertos intentando captar imágenes, sonidos, olores que, aunque tal vez reconocibles, se reorganizan de forma diferente al visitar un lugar nuevo. Ver cosas distintas, grabar nuevos recuerdos.

Pero entre más lugares nuevos descubrimos también más añoramos nuestro hogar; otra cosa más que nos aporta el viajar. Incluso nos hace reflexionar sobre cuál es precisamente nuestro hogar. Muchos hemos emigrado a lo largo de nuestra vida, dejando familia y amigos atrás. Viajar también representa para nosotros visitar a la gente que queremos; visitar familiares y viejos amigos. Recordar buenos momentos y crear de nuevos. Volver a casa. 

Desde que la pandemia del coronavirus nos ha invadido, la mayoría de nosotros ha dejado de viajar. Y cuando hablo con la gente veo que, como yo, de lo que más extrañan es el poder viajar. Alrededor del mundo el turismo ha colapsado. Los viajes por trabajo y negocios también. La situación nos ha obligado asimismo a no poder visitar a nuestra familia y esos viejos amigos. El maldito virus nos impide visitarlos. Nos aferramos a recuerdos, llamadas, mensajes, esperando el día de poder volver a viajar. 

¿Cómo aguantar la espera? ¿Qué hacer mientras no podemos ni volver a casa ni descubrir lugares desconocidos? Tal vez haya una forma de combinar ambas en la situación forzada en que vivimos: estar en casa y, a la vez, descubrir lugares nuevos.  

¿Conocemos bien el lugar donde vivimos? ¿Hemos recorrido sus calles? ¿Hablado con su gente? ¿Paseado por los parques de nuestro alrededor? ¿Tomado el sol en la plaza del barrio? … Hace dos años me mude a L’Hospitalet, justo al sur de Barcelona. Hospitalet no es un destino turístico, ni mucho menos. La gente de Barcelona escasamente la conoce, si no es por obligación. ¡Pero es que muchos de los habitantes de Hospitalet tampoco! No conocen sus plazas, sus parques, sus calles, su historia. Y no es solo una realidad de Hospitalet; en todas las ciudades muchos de sus residentes viven sin realmente conocer bien donde viven. 

La imposibilidad de viajar lejos, derivada de la pandemia, me ha permitido estos meses “explorar” nuestra ciudad. Hospitalet no me ha defraudado; cada día he descubierto algo nuevo. Calles centenarias, plazas multiculturales llenas de vida, parques históricos, y multitud de rincones magníficos llenos de color e historia. Salir a comprar el pan o tomar un café se ha vuelto un “viaje” en sí mismo, una posibilidad de conocer algo nuevo. Así, he “viajado” a la vez que he hecho de nuestra ciudad cada vez más mi casa.

Y sé que no soy el único. La situación nos ha forzado a casi todos a caminar más, dar paseos por el barrio, compartir más momentos con el vecino, sentarnos a ver lo que sucede en nuestro entorno más cercano. Relajarnos y tomar las cosas con más calma. Tal vez sin saberlo al principio, es un ejercicio que necesitábamos, y que no debemos dejar de hacer. Cuando el marketing basura del mundo moderno nos incita a la búsqueda constante de experiencias aceleradas y excitantes, que nos generan ansiedad, tener momentos de calma donde el tiempo pasa despacio, donde lo interesante está en los detalles de lo cotidiano, puede ser un experiencia sanadora y reconfortante para nuestra mente y espíritu. Cuando la tecnología nos absorbe en un mundo virtual, pasando horas viendo videos estúpidos en Tiktok, o escuchando a youtubers vacíos de cualquier contenido, experimentar con atención relajada nuestro entorno real nos puede reconectar con nuestra verdadera naturaleza.

Dejemos el móvil, salgamos a pasear, abramos de verdad los ojos, con mente despierta y curiosa, y disfrutamos de un entorno cercano que seguro tiene mucho que ofrecer.